La respuesta de la Unión Europea a la crisis económica y social originada por la pandemia que en 2020 asoló al mundo fue la creación de un Fondo excepcional de recuperación denominado Next Generation EU (Próxima Generación), dotado con 750.000 millones de euros para el conjunto de los Estados miembros, de los cuales 390.000 millones de euros son transferencias no reembolsables y los 360.000 millones de euros restantes prestamos reembolsables. Los dos instrumentos de actuación del Plan son el Mecanismo para la Recuperación y la Resiliencia (MRR), -dotado con 672.500 millones de euros, destinados a apoyar las inversiones y las reformas en los Estados Miembros para lograr una recuperación sostenible y resiliente, al tiempo que promover las transformaciones ecológicas y digital de la UE-, y el Fondo REACT-EU, dotado con 47.500 millones de euros, que opera como los fondos estructurales, pero con mayor flexibilidad y agilidad en su ejecución.

Dentro del MRR, España recibirá un total de 140.000 millones de euros, de los que 60.000 corresponden a transferencias no reembolsables y los 80.000 millones restantes en forma de préstamos.

En España, la red de seguridad desplegada desde el primer momento de la pandemia, mediante una importante inyección de recursos públicos para sostener el tejido productivo, el empleo y las rentas de las familias permitieron mitigar el impacto económico y social de la pandemia Sin embargo, estas medidas de apoyo a las empresas y a las familias no eran suficiente para recuperar a corto plazo el nivel de producción y volver a medio plazo a la senda de inversión y crecimiento previos a la pandemia. El PRTR, (Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia) fue la respuesta del gobierno de España a esta situación, aprovechando para ello la oportunidad que el Fondo Next Generation EU ofrecía.

El PRTR incorpora una importante agenda de inversiones y reformas estructurales, que se interrelacionan y retroalimentan para lograr cuatro objetivos transversales: avanzar hacia una España más verde, más digital, más cohesionada desde el punto de vista social y territorial y más igualitaria.

El primer eje del Plan refuerza la inversión pública y privada para reorientar el modelo productivo español, impulsando la transición verde, la descarbonización de, la eficiencia energética, el despliegue de las energías renovables, la electrificación de la economía, el desarrollo del almacenamiento de energía, la economía circular, las soluciones basadas en la naturaleza y la mejora de la resiliencia de todos los sectores económicos.

El segundo eje del Plan, fija la hoja de ruta para acelerar la transición digital en España, a través de inversiones y reformas que potencien las infraestructuras competencias y tecnologías necesarias para lograr una economía y una sociedad digital El tercer eje del Plan promociona la cohesión social y territorial de España mediante el refuerzo del Estado de Bienestar, del sistema educativo, el impulso del empleo de calidad, un sistema fiscal justo y con medidas específicamente orientadas a abordar el reto demográfico.

Finalmente, el cuarto eje se centra en la igualdad de género, especialmente a través de medidas transversales orientadas a elevar la tasa de empleo femenino, a mejorar, fortalecer y reorganizar el sistema de cuidados de larga duración, a elevar el potencial educativo, la igualdad de oportunidades y a reducir la brecha digital.

Esto cuatro ejes orientan las diez políticas palancas en que se concreta el Plan que, a su vez, se materializan a través de más de 200 medidas.